(de "El Mar que llevo Adentro" (Ed. Baobab - 2007)
Fue el ímpetu carnal de los sonidos.
Las palabras del cuerpo.
Irrumpió la danza en los muros
deshaciendo la frialdad de la costumbre.
Todo se iluminó
en un fragor de abrazos.
El amor entre los giros y los vuelos,
profanó los últimos acordes,
bailó una tregua.
Fue rumor
la música en la hondura
por
donde el tiempo se perdía.
Nadie vio a los bailarines
llorando en los rincones.
La orquesta sostuvo inútilmente
su concierto
de silencio.
Y no hubo
promesas.
Ya no más bailarines ni estrellas.
Telón
y
soledad.
“Septiembre”
Cecilia Figaredo- Hernán Piquín
Teatro
Opera, temporada 2005.