“La muerte cava tu libertad desenfrenada”. Edna Pozzi.-
A la memoria de mi madre
Te brotaron los ojos celestes de poesía
aun bajo el árbol de los cuarenta escudos este invierno,
allá donde te dejamos sin otro remedio que dejarte.
No me creía la tarde ni una palabra.
Ni los rosales del jardín, me creían,
ni los aquelarres sobre la playa de los veranos;
ni el fósil viviente creía,
que estabas bajo de sus raíces.
Fueron todas semillas brotando,
gusto a pan y a trenzas amasadas los domingos,
cuando todavía la madre era intacta,
el amor intocable y sin estrenar, la inocencia.
Hoy el árbol amarillo te custodia
donde quedaron tus ojos de lavanda
las manos de hada abatidas por el tiempo.
Bajo el azabache de la tierra,
volverás a cabalgar tu vientre fértil,
a ser pájaro,
a fundar paraísos de poesía.
entre las ramas del árbol de oro
que tanto amabas,
y ahora, madre, te corona.
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